Tuve una jaula cuenta una historia de terror. Estos poemas abordan las violencias cotidianas que construye el lenguaje, y que con el lenguaje se hacen carne, y contra las que con el lenguaje mismo tenemos que luchar: las violencias a las que se enfrenta una mujer en sus papeles distintos —el de la madre y la hija, el de la amiga y la amante, el de la mujer que es por sí misma—, y que aquí se cuentan en poemas descarnados, torrenciales. Con una voz planteada radicalmente femenina, y con una aspiración que se retrata deliberadamente universal, Lara Moreno ha escrito un libro del que no se sale indemne.