Real Ciudad de la Caridad, a pesar de su pomposo nombre, es un pueblito rural con una vida de “buenas costumbres” aparentemente tranquilo, hundido en una cotidianidad inalterable. En torno a los personajes que lo habitan transcurre la trama de esta novela.
En un pueblo rural suspendido en el tiempo, la cotidianidad transcurre lenta y anodina hasta que un día, inesperadamente, una viuda que hecho un juramento ante la tumba de su esposo, le propone a la gente una visita al mar, desconocido y misterioso para todos.
A partir de este proyecto, la realidad subterránea del pueblo empieza a descorrer su velo y se abre al lector toda suerte de intrigas particulares, en las que los personajes expresan intensamente desde los amores prohibidos, la locura del sexo reprimido, el miedo irracional a lo desconocido como expiación de culpa, y los celos generados desde una total inseguridad.