TEQUILA SIN TRABAJO

uando se acaban los periodos de prosperidad, la crisis devora incluso a los que estudiaron en la universidad profesiones liberales: el paro ha hecho emigrar a muchos cerebros hacia regiones donde les permiten desarrollar sus malogrados talentos. Pero emigrar forzados por el hambre no se deja enmascarar: se siente como una catástrofe, amenaza especialmente vigente para los jóvenes de los años ochenta que, esperemos, no vuelva. En esta novela en la que una prosa osada y desmedida ensaya la acción alternándola con capítulos líricos e incluso con momentos de reflexión, se narra con tonos brutales, irónicos, tiernos y melancólicos, un desastre contemporáneo que acaba en un agujero donde brilla al final la esperanza levemente esbozada.