Las circunstancias que rodearon la celebración del 22 Congreso fueron excepcionales y, es de esperar, irrepetibles. En medio de la pandemia, se hizo necesario prescindir de la presencia física de los congresistas en aulas y pasillos y recurrir a la técnica para hacer posible que el Congreso llegara a los hogares de cada uno. Fue una indudable pérdida, pero se evitó la suspensión de un encuentro que, a pesar de todo, ha cumplido con creces los fines pretendidos y ha podido llegar, esta es la compensación a tantas dificultades, a muchas más personas que en ninguna edición anterior, tanto en España como en el extranjero. El tema a tratar, la vida humana que hemos de promover en todas sus formas y que hemos de defender de todos los ataques, lo merecía. El fruto de ese trabajo está en estas Actas, desde el acto de presentación del Congreso -con la presencia de los obispos de Alcalá de Henares, monseñor Reig Pla, de Getafe, don Ginés García Beltrán, y del Secretario General de la Conferencia Episcopal, don Luis Argüello-, y siguiendo con las conferencias plenarias del doctor Martínez Sellés, de Joaquín Leguina y de Gádor Joya, hasta la clausura que nos permitió conocer la inmensa labor de la congregación de las Sisters of Life, cuyo carisma las compromete a defender y dignificar la vida humana en toda circunstancia. Por supuesto, sin olvidarnos del gran trabajo realizado en los ocho talleres temáticos, cuyas conclusiones alimentaron el Manifiesto final del Congreso. ¡Es el momento de defender la VIDA!
