LLAVE DE LA PUERTA LA TIENES TÚ, LA

Una cama, silencio, soledad. Lágrimas que se escapan de una a una. Luz tenue, las fotos familiares al fondo, una ya no está, así es mejor. Cierro los ojos inundados de ese agua salada que siempre limpia, en este caso el alma, la mía que cada vez lo necesita más. La habitación es el refugio, testigo de muchas más llamadas de mi esencia más profunda y femenina que me suplica: «para ya, sal de ese vacío que te está comiendo a ti, a tu propia esencia y libertad».
Las lágrimas comenzaron efímeras, una que se escapaba de vez en cuando, como esa gota que va mojando tu autoestima. Pues sí, todo comienza con una pequeña gota y una excusa, «en seguida se secará y no dejará mancha»...
La llave de la puerta la tienes tú está dedicado a la mujer, sobre todo lo que rodea a la manipulación psicológica en sus manifestaciones más habituales como el mobbing, el acoso sexual o la violencia de género.