EN APARIENCIA EL BOSQUE

Ana Martínez Mongay nos presenta su segundo poemario. Tras De la levedad, aparece este En apariencia el bosque, un segundo libro cuyo título nos lleva ya a la esencia de su concepción sobre el quehacer poético: ¿qué reflejan las palabras? ¿Hasta dónde captan la realidad que pretenden expresar?

En su primer poemario, la imagen de la fotografía y su afán por atrapar la cotidianidad y petrificarla en una amalgama de palabras era fundamental, a pesar de la duda constante en la capacidad de nombrar y definir del propio lenguaje (el poema se limitaba a ser el poso de cenizas de un recuerdo, como un daguerrotipo, que nunca es la realidad, aunque la recuerda, pero que no deja de ser un reflejo, una proyección, y, por consiguiente, una pura abstracción); ahora se da un paso más hacia un neoplatonismo invertido, en el que el nominalismo ideal romántico se derrumba ante su propia insuficiencia y su ineficacia expresiva.

En fin, estamos ante un libro que, sin duda, no nos va a dejar indiferentes: hay reflexión sobre el valor de la palabra, el metalenguaje, la función de la poesía, un álbum de fotos en el que anidan recuerdos y una mirada inocente pero reflexiva sobre ese bosque aparente que amenaza peligro y engaño, pero que también implica el límite de lo humano y el «principio femenino o de la Gran Madre» (Cirlot dixit).