MIRADAS

Se cumplen veinticinco años de la revista Quimera, donde he publicado la mayoría de mis fotos. Aquí he reunido algunas, sin orden ni concierto, fruto de mis treinta años como aprendiz con una cámara entre las manos. En su totalidad son fotos hechas al vuelo, lejos de un estudio, sin foscos, sin fotómetro, muchas veces en condiciones poco idóneas para la fotografía. Fotos de aquí te pillo y aquí te la hago. También son, ya, documentos, luces sobre un pasado que empiezan a envolver las sombras. Por eso este no es exactamente el clásico libro de fotografías, técnicamente impoluto, sino más bien un libro de recuerdos y una celebración, una antología de los escritores que de una u otra forma han estado cerca de Quimera durante estos veinticinco años.

Gracias a su editor, mi compañero, he podido disfrutar de la amistad de buen número de los fotografiados. Aquí quedan, pues, recuerdos, vivencias, surcos de un trayecto del que algunos ya se han apeado. Vaya para ellos un recuerdo emocionado.

Y, visto con la perspectiva de los años, descubro una verdad: mereció la pena hacer este trabajo.