ESTRÉS DE LA TETA, EL

Me llamo Sarah y tengo 38 años. Mi vida es bastante surrealista y caótica. Trabajo en un call center que aborrezco, tengo una madre con una mala leche que es capaz de espantar al Gollum más espantoso de la faz de la tierra, y unas amigas que son para darles de comer aparte. Tampoco tengo marido, ni novio, ni rollete o algo que se le parezca; así que en cuestión de hombres también soy un cero a la izquierda. Pero en mi vida también se ha cruzado una fantasía, la de ser madre soltera.

Como si se tratase de un espíritu salvador que me va a hacer feliz por el resto de mis días, quiero embarcarme en este camino que quizás me lleve más disgustos que alegrías. ¿Creéis que estoy preparada para emprender este viaje de la maternidad? El estrés de la teta plantea, en tono de humor surrealista, el difícil mundo de la maternidad hoy en día, y cómo la decisión de tener un hijo es tomada en algunas ocasiones por imposición social y no como un deseo natural propio del ser humano.