Pedro García Olivo ha dedicado décadas de su divulgación literaria y filosófica al análisis de la docilidad autoelegida del ser humano en la sociedad tardocapitalista. Ha dedicado décadas a experimentar la fórmula de la coherencia intelectual llevada al extremo en su propia elección personal de vida...
Pedro García Olivo ha dedicado décadas de su divulgación literaria y filosófica al análisis de la docilidad autoelegida del ser humano en la sociedad tardocapitalista. Ha dedicado décadas a experimentar la fórmula de la coherencia intelectual llevada al extremo en su propia elección personal de vida. Conoce el efecto del statu quo sobre la alteridad y se ha erigido como defensor de aquellos que son estigmatizados por salirse de los límites pautados del Sistema. A algunos les escandalizó la idea de que las escuelas, también las de la democracia, o incluso las libertarias, se mostraran como centros de confinamiento y adoctrinamiento para producir individuos al servicio de la ideología. A muchos les escandalizará la idea de que se establezca una relación entre el perfil de pupilo eterno del ciudadano que han producido estas escuelas con la falta de pensamiento y actitud crítica durante la crisis del covid, que nos hizo enmudecer ante el antropocidio. En este libro Pedro defiende que los sistemas políticos y económicos establecidos aprovecharon la crisis sanitaria para optimizar el capitalismo y regenerar el mercado y el demofascismo establecido en un momento de auge de las disidencias. La inoculación del miedo a la catástrofe y la ilusión de una sociedad ordenada han desarrollado un proceso de homologación y homegeneización que desactiva el peligro de la diferencia en el camino hacia un futuro cada vez más deshumanizado. «El virus pasará y la gente, habiendo soportado un confinamiento demencial, estará más que nunca a merced de la Administración y de los Negocios. Arrasados todos los vestigios de la comunidad, aniquilado el instinto de «ayuda mutua», los ciudadanos se comportarán ante el Estado y en la vida económica como auténticos «robots», máquinas humanas privadas de toda autonomía, de todo sentido crítico, de todo apetito de libertad». «Escuchamos, tal escolares atentos y perpetuos, a nuestros domesticadores socio-políticos; tomamos nota diligentemente de sus «lecciones» y los obedecemos para obtener una buena calificación ante la opinión pública». Pedro García Olivo nació en 1961 en una pedanía de Fuente-Álamo, Cartagena, en el seno de una familia de clase obrera. Se doctoró en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Murcia, donde cursó también estudios de Filosofía. Ha intervenido como conferenciante en Universidades, Centros Sociales y Ateneos de España y Latinoamérica.
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