RATO MÁS, UN

Mi primer sueño lúcido con esta obra fue alrededor de mis 12 años, pero no creo tener conciencia de cuál fue el primero de los sucesivos gestos minúsculos que me trajeron hasta acá. Preguntarme por qué escribo es como preguntarle al mar por qué se mueve. Realmente no sé si podríamos evitarlo, pero tampoco quiero dejar de sentirme tan viva.

Me atrae desmenuzar las superficies cotidianas para calar en el núcleo interno, tierno y crudo. El lector podrá dejarse llevar por la marea y oscilará entre la orilla y las profundidades, con todas sus olas de intermediarias. Es una invitación a jugar «un rato más» y también a aceptar que te revuelque con una sensación a la que no podés ponerle nombre.

Con el tiempo, por la ilusión, no dejaremos de preguntarnos por la verdad. Haremos cumbre en el fondo del mar, palpando con encanto el origen de las raíces de la esencia. Desde ahí y en adelante, todo es la gloria del fruto.