En este relato, género paseante, mezcla de memorias, ensoñaciones, ensayos divulgativos, reflexiones de caminante, observaciones al hilo de otras aportaciones y diálogos con autoras con las que comparte o bien intereses literarios, o ensayísticos, pero siempre una actitud y una mirada feminista, los géneros se entremezclan, se desdibujan sus fronteras y se embolican, sin llegar a ser ni un diario, ni unas memorias, ni un relato histórico, ni un texto de autoficción, ni un recurso para senderistas, ni una colección de ensayos divulgativos, ni un autoensayo. Tampoco es un texto de ficción pero, en caso de que lo fuese, no le preocuparía gran cosa porque no es nada fácil tratar de averiguar «[ ] dónde termina el recuerdo y dónde empieza la imaginación » (Siri Hustvedt, Recuerdos del futuro). Es todo un poco sin deslindar. Las licencias son varias y las etiquetas molestan. Es un texto que se quiere mestizo, divorciado de corsés, de lindes mareadas y desdibujadas. Este texto hibridado cuenta con un esqueleto que lo articula: la disyuntiva ciudad/campo, la contraposición urbanita/rural, sus derivas y sus suertes. Todo ello atravesado por reflexiones acerca de la soledad, la identidad, el tiempo y la memoria, en diálogo con los textos de otras autoras y autores.