En el último cuarto del siglo XX, las sociedades europeas experimentaron cambios económicos, políticos, sociales y culturales de primera magnitud, que obligaron a todos los actores políticos a redefinir sus proyectos y sus actuaciones. Particular relevancia adquirieron las dos crisis económicas de los años setenta, que facilitaron el inicio de la denominada «revolución conservadora», también favorecida por el agotamiento de la ola izquierdista del «largo 68» y, posteriormente, la crisis y el derrumbe del bloque soviético.
En ese marco, la posición de las formaciones políticas conservadoras se reforzó en toda Europa, aunque con diferencias, en algunos casos notables, entre los diversos países.
Este volumen permite acercarse a la trayectoria de los principales partidos políticos conservadores en las tres democracias continentales más importantes, Alemania, Francia e Italia, y en los dos países ibéricos, Portugal y España, que dejaron atrás dos dictaduras de larga duración. A pesar de que el nuevo escenario internacional configurado desde finales de los años setenta indudablemente influyó en su actuación, el libro muestra el peso de los factores nacionales, como la prolongada etapa de gobiernos socialistas en España y los efectos de larga duración de la revolución portuguesa, la hegemonía democratacristiana en Alemania y, más limitada y finalmente en crisis, en Italia, y la división de la derecha en Francia. Así mismo, los cinco capítulos que componen el libro muestran que las culturas y tradiciones políticas particulares jugaron un papel determinante en la trayectoria de las formaciones conservadoras en los distintos países.
