Trama política financiera enmarcada en la crisis 2008/2014. La Caja de Ahorros del Sureste, la Sureste, una caja de ahorros fundada por entidades eclesiásticas en 1901, con sede en Málaga, escapa del control político del partido gobernante en Andalucía desde hace más de treinta años. La intervención de la Caja de Castilla-La Mancha en marzo 2009 destapa la caja de truenos. La gestión prudente que ha caracterizado a la Sureste la convierte en la salvación de las otras cuatro cajas de ahorros que operan en la región, si el gobierno central, el autonómico y el Banco de España, logran convencer a su presidente, don Antonio Serván, de participar en una fusión a cinco. De origen campesino, muy humilde, D. Antonio Serván se incorporó a la Caja con 14 años como botones. Persona hecha a sí mismo, sin estudios, muy inteligente, se presentó a todas las oposiciones internas de la Caja, sacando siempre la máxima calificación. En 1991, una serie de créditos fallidos provocó una inspección del Banco de España en la Caja del Sureste. La autoridad monetaria cesó a todo el equipo directivo, nombrando de forma interina como máximo responsable de la entidad a D. Antonio Serván, que, hasta ese momento, ocupaba la jefatura de recursos humanos. Salvó a la Caja de su casi segura intervención y posterior desaparición. Casado con dos hijos bien situados en Londres en banca de inversión, amante de la buena mesa, aprecia la compañía de mujeres por las que siente debilidad. Nunca aspiró a hacer fortuna, y su vanidad estaba más que colmada siendo una referencia profesional en el sector. En su empeño por evitar una fusión que considera dañina para su entidad, el presidente de la Sureste, que se ha ganado enemistades muy poderosas, deberá enfrentarse a muchas presiones y dificultades, además de salvaguardar su imagen y honorabilidad.
