El age gap más romántico y spicy que has leído jamás.
¿Sabes qué es peor que sentir que todos los hombres te desean, pero ninguno te quiere de verdad? Ser una romántica empedernida. De esas que idealizan cada mirada furtiva, cada gesto mínimo, cada historia que podría empezar con un roce accidental en el metro.
Creí que mudarme a Nueva York —aunque fuera siguiendo los sueños frustrados de mis padres— me ayudaría a dejar atrás mis sentimientos más estúpidos. Pero estaba muy equivocada. Solo bastaron unos días para que mi corazón hiciera triples tirabuzones cada vez que veía a mi vecino, Nixon Kölher.
Es un hombre imponente, consagrado a la ley, rígido hasta la médula… y que no rompe sus propias normas por nadie. Ni siquiera por amor.
¿Nuestro primer encuentro? Catastrófico.
¿Lo peor? Que, tras una noche de copas con mis amigas, acabé en su cama.
¿Y lo más desconcertante? Que no parezca recordar que soy la vecina a la que ni se dignó mirar en dos ocasiones.