La Ciudad Sumergida no ha dejado a Arya ni a sus compañeros indemnes. De vuelta en el Narciso, convencida por los dos nuevos poderes que le han sido otorgados, Arya confía más que nunca en ese vínculo indestructible que une a todos los que la acompañan en su camino y en la creciente esperanza de encontrar a los herederos de Hélianthe y a su familia.
Sin embargo, se enfrenta a una realidad muy distinta.
Debe hacer un desvío inevitable hacia las dunas ardientes del desierto, emprender un viaje en el tiempo y conocer a unas almas enamoradas dispuestas a desafiar lo prohibido. Mientras tanto, la amenaza de los Soldados de Cristal se sigue propagando como la pólvora por los distintos territorios de Helios, y el peligro aumenta cada día que pasa.
Arya sabe que los vínculos del corazón y de la verdad sellarán su destino como Guardiana de las Palabras para siempre.