A principios de 1798, los ejércitos de la República francesa habían vencido a todos sus enemigos excepto uno: Gran Bretaña. El enfrentamiento, que destacados líderes franceses equiparaban, por la esencia antagónica de ambos países, a las Guerras Púnicas entre Roma y Cartago, debía forzosamente decid...
Colección :REVISTA DESPERTA FERRO HISTORIA MODERNA
NumeroColeccion :41
Fecha de edición :01/08/2019
Año de edicion :0
A principios de 1798, los ejércitos de la República francesa habían vencido a todos sus enemigos excepto uno: Gran Bretaña. El enfrentamiento, que destacados líderes franceses equiparaban, por la esencia antagónica de ambos países, a las Guerras Púnicas entre Roma y Cartago, debía forzosamente decidirse fuera de Europa. Las victorias navales británicas de 1797 hacían inviable una invasión de Gran Bretaña. El intrigante ministro de Exteriores, Talleyrand, y el héroe de las campañas de Italia, Bonaparte, señalaron el inesperado escenario donde Francia debía centrar sus esfuerzos: Egipto, una provincia otomana con cuya conquista debía obtenerse una posición estratégica privilegiada a caballo entre el Mediterráneo y el océano Índico. El quimérico objetivo final era alcanzar la India y privar a los británicos del mercado que nutría de algodón su boyante industria textil. Nada salió como estaba previsto y, sin embargo, la campaña de Napoleón en Egipto es la más evocadora de sus campañas: librada en un escenario tórrido, entre ruinas de una civilización milenaria, con un enemigo que, si bien carecía de la sutileza de los rivales europeos, resultaba infinitamente más escurridizo, y con el imperativo de lidiar con un pueblo de una idiosincrasia tan distinta de la francesa como el egipcio. Aislados tras la destrucción de su flota a manos del contraalmirante Nelson, los soldados de la Armée d’Orient tuvieron que aprender a sobrevivir en un ambiente hostil.
Este sitio web almacena datos como cookies para habilitar la funcionalidad necesaria del sitio, incluidos análisis y personalización. Puede cambiar su configuración en cualquier momento o aceptar la configuración predeterminada.
Las cookies necesarias ayudan a hacer una página web utilizable activando funciones básicas como la navegación en la página y el acceso a áreas seguras de la página web. La página web no puede funcionar adecuadamente sin estas cookies.
Personalización
Las cookies de personalización permiten a la página web recordar información que cambia la forma en que la página se comporta o el aspecto que tiene, como su idioma preferido o la región en la que usted se encuentra.
Análisis
Las cookies estadísticas ayudan a los propietarios de páginas web a comprender cómo interactúan los visitantes con las páginas web reuniendo y proporcionando información de forma anónima.
Marketing
Las cookies de marketing se utilizan para rastrear a los visitantes en las páginas web. La intención es mostrar anuncios relevantes y atractivos para el usuario individual, y por lo tanto, más valiosos para los editores y terceros anunciantes.