El señor Oso despierta de su letargo y, claro, tiene que ir al baño. Así que coge un rollo de papel higiénico bajo el brazo y comienza a trotar. Pero a lo largo del camino los animales del bosque le van arrancando trocitos sin que él se de cuenta. Cuando por fin se encuentra en el váter, ¡apenas le queda papel! El señor Oso está furioso, pero ¿ha visto todo lo que han hecho los demás con su papel? Una historia muy divertida con un gran mensaje final.