Estas historias ocurren en Italia, Polonia, Islandia, Irlanda del Norte, España, Francia, Austria, Noruega, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Ucrania, Hungría, Portugal, Bielorrusia, Grecia, Eslovaquia y Suiza. Algunas son canciones por travesura; otras, sátiras afiladas; las más, nostalgia del mundo ido. Todas tienen algo de epitafio del continente europeo, convertido en esquina del mundo.
Cuanto más se aleja el tiempo del paraíso perdido de la infancia y la adolescencia más apetece reencontrarse con el pasado, uniendo, como no podía ser de otro modo, sátira, ironía y melancolía. Lejos quedan los tiempos de la Europa que acabada la Segunda Guerra Mundial crecía y parecía iluminar el mundo, no sólo con datos económicos, sino con un modo de vivir —el occidental—, una cultura, una alegría y una esperanza. Pasadas las décadas vemos cómo todo se desploma.
Y la sátira con la que se pretende despertar al dormido se tiñe de la melancolía de lo que pudo ser y ya no será. De Rus nos presenta relatos que nos hacen reaccionar, nos conmueven, nos llevan a la risa y a la meditación. Europa es ya sólo su arquitectura, su música, su arte, sus libros, sus tebeos, las leyes romanas; este libro es un canto a la acción, a retomar el mando de nuestras vidas.
Afirma el escritor José María Merino que De Rus posee «una escritura dinámica, expresiva, concisa, en tramas elaboradas desde diversos puntos de vista». Y Luis Alberto de Cuenca que «De Rus es deliciosamente entretenido, capta el interés del lector de una manera poderosa». En estas páginas se podrá comprobar.