Un siglo más tarde, la incómoda claridad profética de La crisis del mundo moderno sigue siendo una lectura urgente. René Guénon (1886-1951) desnuda en estas páginas la raíz de nuestro tiempo: un extravío espiritual tan profundo que convierte a la modernidad en una auténtica «Edad Oscura». Frente al mito del progreso y la fe ciega en la ciencia profana, se revela la fractura que ha separado al ser humano de la Tradición, de esos principios eternos que han dado sentido y cohesión a todas las civilizaciones. Este libro no ofrece consuelos fáciles ni críticas superficiales. Con precisión implacable, Guénon desmonta el individualismo, el materialismo y el racionalismo que sostienen al mundo moderno. No se trata de simples errores circunstanciales, advierte, sino de síntomas de una decadencia profunda que nos arrastra al abismo. Su mensaje es directo y radical: solo un retorno consciente al saber de los antiguos, a la ciencia sagrada, puede abrir una salida frente al nihilismo que nos rodea. Almuzara presenta una nueva edición, traducida y anotada por Antonio de Diego González, que devuelve a Guénon toda su vigencia y actualidad. No es un tratado para eruditos del pasado, sino una brújula para orientarse en medio del caos presente. Leerlo es aceptar una verdad incómoda: el ser humano, sin la Tradición y sin lo sagrado, no tiene porvenir, solo ruina y desarraigo. «Hace casi un siglo, Guénon trazó el mapa de nuestra oscuridad. Hoy, sus palabras brillan como faro ante el naufragio de la modernidad». Antonio de Diego, profesor de la Universidad de Málaga. «Una obra imprescindible para comprender el porqué del nihilismo contemporáneo y la raíz de la ofuscación ideológica de nuestro tiempo, pero también para sembrar la sanación y la respuesta». Gonzalo Rodriguez García, autor de «El aullido del Lobo». AUTOR René Guénon (1886–1951) fue un pensador y metafísico francés cuya obra examinó la profunda crisis de la civilización moderna y estudió con rigor las tradiciones espirituales. Señaló la pérdida de lo sagrado y la fragmentación del conocimiento, evidenciando la decadencia esencial de la modernidad. Su pensamiento reivindica el mundo tradicional como fuente de orden, coherencia y conocimiento integral, capaz de orientar al ser humano frente al desarraigo contemporáneo. Tras trasladarse a El Cairo (Egipto) en 1930, profundizó en el islam y en las tradiciones orientales, articulando una visión universal del saber y lo sagrado. Entre sus obras más influyentes destacan La crisis del mundo moderno (1927), El simbolismo de la cruz (1931) y El reino de la cantidad y los signos de los tiempos (1945). Su legado pervive hasta el día de hoy.