Si en las dos anteriores entregas —Los delirios de Ovecco y Limpieza de Ñandes— los ciudadanos de LaMarca dejaban claro que no estaban dispuestos a perder derechos y libertades, en Todas las cartas es el momento de la justicia.
El Defensor del Común, elegido por el Consejo, investigará hechos y buscará pruebas y testimonios que incriminen o exculpen de los delitos de que se acusa a los detenidos. El juicio tendrá lugar cuando la instrucción haya terminado, y cuando las personas que tengan la obligación de dictar sentencia, hayan sido elegidas de entre todos los ciudadanos por honestas, buenas y capaces.
A la par, y en otro tiempo histórico y narrativo, un narrador omnisciente va mostrando, desde la perspectiva de su mirada volante, los preparativos y el hecho mismo de la presentación, un 14 de septiembre, en el salón del Círculo Cultural Ablanbelle Tardelius, del libro escrito por el exmiliciano Tages, actor y narrador de toda la saga, en el que cuenta todo el proceso llevado a cabo por consejeros y milicianos leales, para devolver la dignidad a la república.
Con Todas las cartas se da por coronada esta fábula distócica, en la que Ablanbelle, un hijo de jana, venido del mito, logra, con su actitud valiente, desentumecer los espíritus de triviales soñadores. Entre todos conseguirán transmutar las desigualdades y las injusticias propuestas por quienes, egoístas, codiciosos y rebeldes pretendían hacerse con el poder, la libertad y los bienes, por la razón de la fuerza.