Carmen Gallardo recopila de manera magistral la cara más desconocida de doce reinas que se arriesgaron a vivir contra juicios y expectativas.
Las casaron siendo apenas adolescentes con príncipes homosexuales, crueles, locos o débiles. Bajo el terciopelo y las sedas de suntuosos vestidos se ha escondido mucho dolor, ultraje y humillación; aun así, cumplieron con el «deber»: dar un heredero a la Corona. Pero no con el de guardar fidelidad eterna. Y pagaron por ello.
A lo largo de los siglos, amor y sexo no siempre han ido de la mano en las casas reales. Mientras que los reyes paseaban junto a sus favoritas por la corte, las reinas eran moneda de cambio para facilitar los intereses regios. Algunas se resignaron a convivir con las infidelidades del rey; otras, se resistieron. Reinas infieles se centra en estas últimas y nos presenta, con solvencia, el retrato más íntimo de doce mujeres que transgredieron los límites de la moral de la época y reivindicaron su derecho al deseo o a la venganza.
Urraca I de León, Margarita de Valois, María de Sajonia-Coburgo y Gotha, Isabel II de España, Catalina la Grande o la dolce Paola son algunas de las reinas que desfilan por estas páginas, despojadas de juicios y valoraciones anacrónicas, con la corona bien alta.