«En la catedral de la cinefilia –escribe Juan Manuel de Prada– había también una cripta a la que casi todos los devotos olvidaban asomarse, una cripta lóbrega y rumorosa de ecos que parecían suspiros de las ánimas del purgatorio. Y en aquella cripta, en la que hasta los sacristanes del culto cinéfilo habían olvidado prender una vela, se guardaban las reliquias más valiosas, o siquiera las más desconcertantes, inesperadas o sublimes. Como mi cinefilia no se arredraba ante nada, yo bajaba desde niño a esta cripta, para venerar aquellas reliquias olvidadas…». Los tesoros de la cripta es la crónica de esa aventura clandestina. Juan Manuel de Prada, cinéfilo voraz (y omnívoro) desde la infancia, nos brinda en este libro único una historia alternativa del séptimo arte a través de su predilección por los cineastas malditos, por los géneros cinematográficos menos prestigiosos, por los títulos más anatemizados, por las extravagancias formales, por las películas «raras y escurridizas como un armiño» que el autor ha perseguido afanosamente durante décadas, como si de un nuevo Grial se tratasen. Una obra personalísima, llena de fervor y entusiasmo, también de erudiciones chocantes y acaso apócrifas, en la que Juan Manuel de Prada, a la vez que rescata las perlas más inaccesibles de la historia del cine, nos brinda una apasionante radiografía de sus preferencias estéticas, siempre caracterizadas por «una querencia indisimulada hacia los raros y los proscritos, los excéntricos, los derrotados y los réprobos».
Juan Manuel de Prada nació en Baracaldo en 1970, aunque pasó su infancia y adolescencia en Zamora. Con su primer libro, Coños (1995), y los relatos de El silencio del patinador (1995, ampliado en 2010) sorprendió a la crítica por su poderosa imaginación y su audaz uso del lenguaje. En 1996 debutó en la novela con Las máscaras del héroe, que obtuvo el Premio Ojo Crítico de Narrativa de RNE y acaba de reeditarse con motivo de su vigésimo cumpleaños. En 1997 recibió el Premio Planeta por La tempestad, que fue traducida a una veintena de idiomas y significó su consagración internacional. Su novela Las esquinas del aire (2000) y la colección de semblanzas Desgarrados y excéntricos (2001) completan, con la citada Las máscaras del héroe, su «trilogía del fracaso». La vida invisible (2003) recibió el Premio Primavera y el Premio Nacional de Narrativa, y El séptimo velo (2007) se alzó con el Premio Biblioteca Breve. En 2012, tras un largo silencio narrativo, publicó Me hallará la muerte, y en 2014 la monumental Morir bajo tu cielo. Posteriormente, aparecerían El castillo de diamante (2015), galardonada con el Premio de la Crítica de Castilla y León, y Mirlo blanco, cisne negro (2016), tal vez su novela más personal y sincera. Ha obtenido los más prestigiosos reconocimientos del periodismo literario; entre otros, los premios Mariano de Cavia y Julio Camba.