El libro que tienes en las manos, estimado lector, estimada lectora, viene a poner un poco de luz en este complejo y multifacético fenómeno que condiciona, probablemente más que ningún otro, los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Los diez capítulos del libro tienen una fuerte cohesión (aunque diferentes estilos), ya que las autoras comparten filosofía, amistad y un acendrado compromiso con la actividad decente. Forman parte de diversos proyectos de investigación, alguno de ellos referido específicamente al tema de la evaluación, como es el caso del proyecto de innovación educativa (PIE) de la UMA. En algunos capítulos se hace referencia a la práctica evaluadora que estamos realizando. Resulta importante escribir sobre la práctica, porque el pensamiento errático y caótico que solemos tener acerca de la misma, al escribir, debe someterse al rigor de la estructura y de la argumentación. Y, por otra parte, al difundirlo, ofrece a los demás un aporte de ideas, experiencias e ilusiones.
EL hilo conductor del libro es la pretensión de mejorar la práctica evaluadora en los distintos contextos educativos en que nos encontramos (distintas etapas, diferentes áreas, ámbitos diversos,...)
Es de subrayar, pues, el interesante enfoque interdisciplinar del libro y, en especial de algunos capítulos que se abordan desde una perspectiva poliédrica, muy conveniente para entender la complejidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Pensamos que puede ser una interesante aportación para el profesorado, orientadores, formadores y futuros profesionales en formación sobre una parcela del curriculum a la que se suele hacer frente desde prácticas inveteradas, desde la simple intuición y, casi siempre, desde posiciones individualistas. Este grupo de profesionales pretende ofrecer en este libro una ayuda para comprender el proceso de evaluación, unas estrategias prácticas para conseguirlo y un ejemplo de compromiso que nos impulsa a ser un poco mejores.
