El recuerdo es un impostor que nos desafía desde el otro lado del espejo.
El poemario Aire se compone de cuatro partes: el ruido del tiempo, viento, destiempo y soñado perdido y ajeno.
La ausencia del amor, una ausencia que no es solo recuerdo, también es niebla o aire que no se desvanece del todo. Un fantasma, una realidad a destiempo, un espejismo... No es posible encontrar ningún espejo que refleje el humo, y el recuerdo se ha convertido en humo, en un impostor que nos observa y nos desafía desde el otro lado del espejo, porque uno es ya otro cuando recuerda.