Va reunido en este libro un total de dieciocho textos, de los cuales únicamente tres son anteriores a 2009. Se trata, pues, de una oferta de estudios que en su práctica totalidad fueron elaborados durante el último cuatrienio, fruto de una continuada labor de investigación y de las coyunturas que en ese plazo me han permitido su presentación y discusión en diversos foros académicos. Es por eso que no quiero omitir aquí, aunque su específica referencia ya conste al pie de cada estudio, la mención a las instituciones u organismos universitarios que propiciaron la oportunidad de abordar las distintas temáticas en que finalmente han sido ordenados. La circunstancia es varia; invitación a publicar en revistas y libros homenaje, a participar en congresos y reuniones científicas, o en la impartición de seminarios, programas de maestrías y posgrados, ocasión ésta entre todas sin duda la más grata recompensa a mis esfuerzos. En la lista figuran Universidades como la Católica de Valparaiso (Chile), Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (Perú) y Corte Superior de Justicia de Arequipa (Perú), Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma Nacional de México (México, DF), Grupo de investigación ‘Logos: Filosofía, Derecho y Sociedad’ del Centro de Investigaciones Jurídicas de la Universidad de Los Andes (Mérida. Venezuela), Consejo Editorial de Elementos de Juicio. Temas constitucionales (Bogotá D.C. Colombia), Escola de Direito en la Universidade do Minho (Braga. Portugal), Instituto Jurídico Interdisciplinar de la Faculdade de Direito en la Universidade do Porto (Portugal), Centro de Estudos Comparatistas de la Faculdade de Letras en la Universidad de Lisboa (Portugal), Centro de Ciências Jurídicas de la Universidade Federal de Santa Catarina (Florianópolis. Brasil), o la Societá Italiana de Diritto e Letteratura en la Università degli Studi di Bologna y Università degli Studi del Sannio (Benevento, Italia), sin olvidar el Máster Universitario en Comunicación y Cultura que durante algunos años organizó la Universidad de Málaga. Y a todo ello aún debería añadir otro escenario, menos contingente esta vez; la disciplina de Filosofía del Derecho, en el curso último de la Facultad de Derecho en Málaga, donde con renovado aporte de lecturas y debates he venido desarrollando con mis alumnos, desde 1996, Seminarios de Derecho y Literatura. Ellos actuaron como catalizador ideal al momento de presentar problemas y deliberar argumentos sobre multitud de problemas filosófico-jurídicos y jurídico-políticos. Aprovechando de una metodología interdisciplinaria la interacción Derecho y Literatura probó real la posibilidad de llevar a cabo interpretaciones críticas del sistema dogmático, e igualmente eficaz y fuerte el compromiso disponible para con perspectivas éticas que de otro modo hubieran corrido serio y grave riesgo de nunca haberse suscitado y continuar inéditas, siendo que en la formación de nuestros juristas son las únicas que no amortiza el pronto paso del tiempo o los desengaños de la vida social que tan a menudo amenazan la fe en el triunfo del Derecho. A su activa experiencia intelectual, siempre enriquecedora, debo asimismo reconocimiento y gratitud. Dedicar estas páginas a quienes participaron en ellos es un sincero intento de devolución, aunque sé que insuficiente.
