NÚMERO Y LA SIRENA, EL

Este brillante ensayo de Quentin Meillassoux nos adentra en la faceta
más profunda y compleja de Mallarmé, guiándonos a través del último
gran poema que conforma su obra, Un coup de dés jamais n’abolira le
hasard.
Gracias al tenaz espíritu investigador con que se desvelan las claves del
poema, llevados por cálculos, pistas y golpes de azar, Meillassoux
consigue traer a la vida el gran misterio poético mallarmeano del que
nace El número y la sirena.
El golpe de fuerza de Meillassoux en El número y la sirena consiste en
revelar la consistencia metafísica y lógica de un objeto de arte que
resulta coincidir perfectamente con su propia tesis; al hacerlo, el
filósofo renuncia a la paternidad de su filosofía de contingencia
absoluta y deja al objeto ofrecer su propia firma. El poema actúa como
una anticipación material del pensamiento de Meillassoux, por lo que
no es Meillassoux quien, por medio del poema, crea la prueba de la
verdad de su propia metafísica, sino es el poema el que, por medio del
filósofo-lector, impone materialmente la verdad metafísica de su gesto.
Lejos de adoptar posición arrogante del sabio poseedor de la verdad
universal, el filósofo se sitúa a sí mismo al servicio de la verdad
particular de un objeto.