MUERTE DENTRO DE LA MURALLA SANTA

Isabel ha decidido pasar una temporada en el monasterio de Rapperswil después de su divorcio. El hermano Jonathan, un hombre que guarda celosamente el horror de las actividades de sus hermanos, ha invitado a Cornelius, un peregrino con un pasado oscuro, a participar en los ejercicios espirituales. Ahí conocerá a Isabel, con quien empieza una relación amorosa. Le cuenta, por ejemplo, que perteneció a la Legion Extranjera y recorre Europa a pie como una forma de meditación. Aunque al principio Isabel no le da mucha importancia a esa forma de vivir, el asesinato de la administradora, Violette, le abre una puerta hacia un mundo de intrigas, mentiras y secretos sobre los que la Iglesia ha montado el altar para sus creyentes. Poco a poco empezará a mirar de una forma nueva el comportamiento, las palabras, las relaciones con otros monjes en otros monasterios y los silencios de Cornelius, sin darse cuenta de que sus observaciones están poniendo su vida en peligro.



Nadie diría que esas vidas unidas al azar o por el destino en un mundo donde la contradicción trágica entre el Bien, que únicamente puede ser el Amor, y el Mal, que triunfa sobre este mundo creado, despiertan la nostalgia eclesial de una evasión de este mundo malo. ¿Dualismo fundamental?