Desde que el hombre tuvo conciencia de su finitud, el temor y la angustia hicieron presa en él. Para eludir el miedo creó mitos, héroes, dioses, religiones, ritos… Tránsitos no pretende hacer un recorrido por todas estas tretas y engaños que nos hemos dado. Tránsitos es un diálogo, un diálogo y una indagación que interpela mediante la palabra. La interpelación se hace mediante todas las formas que el hombre tiene de interrogarse: en ocasiones será el pensamiento expresado en reflexiones, en otras serán historias reales, vividas, las que traten de iluminar las sombras del tránsito. Unas veces se nos impondrá llamar a personajes e imaginar cómo traspasaron la frontera (Mozart, Cervantes, Milton, Camus, Pessoa), otras, serán personajes de ficción los que nos ayuden (Gregorio Samsa, Ivan Ilich…), y también llamaremos a Pavese, a Juan de la Cruz, a Marco Aurelio, a Judas o a Jesús de Nazareth y para ello necesitamos otra forma de lenguaje más sutil, el poema. Tránsitos es en esencia un Informe. Un Informe para recorrer el camino que, alumbrados con un pabilo, debemos hacer una noche en soledad.