Esta novela, de narrativa ágil y cautivadora, entrelaza infancia, política, arte y amores apasionados en un tapiz de recuerdos que transitan por Santander, Bilbao y el Berlín de los setenta. A través de prosa y poesía, proclama el amor, la solidaridad y la política como ejes fundamentales de la existencia.
Reivindica la memoria de una España marcada por el silencio y el dolor, donde miles de niños, hijos de republicanos encarcelados, fusilados o exiliados, fueron condenados a la indigencia e internados en la beneficencia oficial del régimen. Allí padecieron privaciones inenarrables, aunque también emergieron valores insólitos de hermandad y compañerismo, entrelazados con la picardía y la crudeza de una infancia despojada de su inocencia.
El protagonista rememora su niñez en los hogares del Auxilio Social, explorando las férreas reglas impuestas y los conflictos personales y sociales del nacionalcatolicismo. Años más tarde, ya adulto, nos comparte su vocación artística, su militancia en el Partido Comunista y el dilema de la clandestinidad, describiendo su paso por fábricas, universidades y los amores que lo llevan a huir a Berlín Occidental.
En un relato impregnado de los ecos de la Guerra Fría, el autor nos transporta a la sociopolítica de un Berlín dividido, entre pasos fronterizos como Friedrichstraße y Checkpoint Charlie. Las evocaciones de Picasso, Guernica y Matisse se entremezclan con la música de Von Karajan y el Réquiem de Mozart, tejiendo la banda sonora de una existencia marcada por la pasión y las profundas decepciones. Entre decisiones políticas y conflictos internos, su vida oscila entre la idealización de su historia y el peso de su infancia, que lo arrastra a la autodestrucción final.