El ingenio, como el agua, sabe encontrar resquicios por los que abrirse paso. Al genial historietista Francisco Ibáñez le bastó con recibir el sencillo encargo de rellenar un espacio, el de la contraportada del semanario Tío Vivo, para crear la exitosa 13, Rue del Percebe.
A Rafa Olivares, en una ocasión, se le ocurrió compartir por wasap, con sus amigos microrrelatistas, una de sus habituales participaciones en el conocido concurso de literatura breve que organiza la Cadena SER. Las sonrisas, aplausos y peticiones de que volviera a repetirlo hicieron que, lo que comenzó como por casualidad, terminase en una sana costumbre esperada cada jueves durante años, que ahora, felizmente, ve la luz en esta cuidada recopilación, una visión sorprendente de la realidad que contiene humorismo y metáfora, como las greguerías de Gómez de la Serna, a quien Rafa lanza un guiño al denominarlas Juebreverías.
De la Serna defendió que lo suyo era un género literario. A quienes se adentren en esta obra singular también les va a parecer que se encuentran en un mundo aparte, merecedor de una calificación propia. Valga esta sencilla contraportada, que nada tiene que ver con las de Ibáñez -ya me gustaría parecerme a él, o a Rafa-, como pequeño epílogo de un libro tan divertido como inteligente, hecho para el puro disfrute.