El autor, desde la inteligente mirada de un niño, relata en estas memorias autobiográficas sus recuerdos de infancia que transcurren entre Madrid y Galicia en el período que va desde el reinado de Alfonso XIII hasta el final de la guerra civil española (1929 a 1939).
El personaje, con unos padres de origen gallego y emigrados a Cuba, a su regreso, nace en Madrid (1929), en una familia amplia perteneciente a un medio acomodado que, a pesar de los encontrados intereses y no pocas diferencias, posee un nexo de unión en el entorno de los abuelos maternos donde él se mueve como pez en el agua y ve, advierte, siente, disfruta y escucha, hasta conciliar con su mirada singular, las paradojas de la vida sin solución aparente.
Con el estallido de la guerra civil son llamados por la familia paterna y, junto con su madre y hermana, se traslada a la ciudad de Lugo en Galicia, donde, pese a dejar a su padre confinado en Madrid y huir como un refugiado, se convierte en el hijo de todos y se hace dueño de la preciosa, recóndita y acogedora ciudad romana amurallada que nunca abandonará su recuerdo.
Al regresar a Madrid, presencia y describe lo que vio, algo muy diferente, un espectáculo dantesco, el campo inhóspito convertido en improvisado cementerio, los restos de un país y una ciudad desgajada por la guerra fratricida, la realidad del conflicto que vivió su padre en toda su crudeza.