Atravesar una gota con una aguja es un poemario que habla de los procesos disociativos post-traumáticos a través de metáforas relacionadas con el agua, los espejos y las suturas / costuras / bisagras.
La gota es lo pequeño, lo individual, lo líquido, lo vulnerable. El cuerpo o lo que queda del cuerpo: la gota de sangre, sudor, orín, saliva. La lágrima, pero también la sed, el cansancio, la rabia, el deseo. En los desechos de un cuerpo encontramos los rastros de su trayectoria: así funciona la caza, pero también la búsqueda de los desaparecidos. El espejo es lo expansivo, lo dual, lo sólido, lo duro. El hilo. La voz o lo que queda de la voz: eco, campo magnético, recuerdo, sueño, obsesión, trauma, esperanza. Es habitual una sensación de extrañeza al mirarnos en el espejo: ¿eso (nuestro reflejo) es lo que somos? La bisagra / la costura es el puente: algo se refleja en una gota y se revierte, llueve sobre una ventana y los reflejos se deforman, un espejo se rompe y su imagen se fragmenta.