Un relato confesional y luminoso del caos doméstico
y mental de la vida moderna.
La menor de una familia que escuchaba a Raphael
y no a Serrat, que se hizo adulta aprendiendo que
el mundo se divide entre los que cuidan y los que son
cuidados, es hoy periodista, madre y testigo de los
rituales culturales y políticos de un Madrid solemne
y ufano. Entre ruedas de prensa, lavadoras pendientes
y paquetes de fideos en la alacena, Ángeles Caballero
presenta este dietario: el de «una mujer con carro
de la compra que escribe», mientras observa cómo
sus hijos transitan la adolescencia.
Tras emocionar y divertir a miles de lectores con
Los parques de atracciones también cierran, Caballero
regresa para explorar, desde su costumbrismo
pizpireto, la experiencia de la madurez femenina.
Una crónica de agobios y sainetes con los que se
construyen tantas vidas urbanas de mujeres de clase
media, funambulistas de todos los dramas y comedias.
«Escribir sin miedo, reír mirando a los lados,
sujetarse ante una de las inteligencias más críticas
y honestas del periodismo español. La transparencia
puede ser feroz y la ironía un refugio: en este libro
conviven ambas». Manuel Jabois
«Ver el mundo desde la ventana de la casa de Ángeles
Caballero es un regalo. Qué generosidad, qué
divertido y sincero». Leonor Watling