RELATOS CADAVÉRICOS DE UNOS PERROS MUY EXQUISITOS

En los primeros años del tercer milenio, un chispazo de creatividad literaria compartida surgió entre un grupo de amigos. La idea se basaba en un procedimiento muy simple. Uno escribe un relato de unas pocas líneas, y el otro debe continuarlo o crear un relato nuevo a partir de algo escrito en el anterior (un personaje, una frase, un pensamiento, una emoción...). Así fue germinando una sólida alianza de narraciones compartidas. Los relatos abundan en el simulacro de la autobiografía, el asombro de lo insólito, la vuelta de tuerca de las costumbres, la soledad mucha soledad, la risa mucha risa, la tristeza mucha tristeza, el amor mucho amor, la muerte mucha muerte, la vida mucha vida. Y la voluntad de contar ha ido pareja a la voluntad de ser comprendido. Cada relato contiene una porción de la vida plena que nos constituye desde que nos conocimos, desde que se nos reveló la amistad como el mejor manjar para sentirnos vivos y coleando. Un ingrediente visual corteja la palabra escrita: los dibujos de Miguel Parra, que nos ha acompañado con su profundo, brillante y colorista estilo en esta aventura. ¿Y a quién va dirigido tanto relato cadavérico de tanto perro exquisito? A ti, que lees esto. Sobre todo, a ti. Y a quien te mira leerlo. Y a quien mira al que te mira. Si disfrutas alguno de los cuentos, seremos felices. Si los disfrutas todos, ni te cuento.