PEREGRINACIÓN A LAS TIERRAS DEL CID

España no podía ser olvidada por Ozanam, quien había llegado al siglo XIII a través de la literatura latina de la España cristiana, siguiendo la rica poesía española.
Había tenido la oportunidad de mostrar hasta qué punto conocía el idioma castellano explicando desde su cátedra el romancero del Cid.
Al publicar la Peregrinación a las tierras del Cid mostró hasta qué punto estaba en posesión de la historia, las leyendas, y poesía españolas de la Edad Media, con qué entusiasmo animaba a estos estudios, que sabía embellecer y por los que se apasionaba.
Desgraciadamente su temprana muerte le privó del tiempo necesario para avanzar en su gran obra dedicada a España, de la que la Peregrinación habría formado parte, como esas molduras que permanecen en el suelo, desprendidas de los muros de la Alhambra.
Jean-Jacques Ampère, Prefacio a los Obras completas de F.
Ozanam.
Con intención de realizar un amplio viaje por el país de sus sueños, cuya literatura e historia tanto había estudiado, se embarca Frédéric Ozanam hacia España a finales de agosto de 1852.
Desde Irún y Fuenterrabía desciende hacia Burgos, ciudad que constituye el objeto de este libro.
A través de la historia de la ciudad, de la descripción de sus monumentos y edificios nos habla del origen de Castilla, de su historia y su literatura.
De Burgos a la Cartuja el camino es largo, así que aprovecho para hablaros de Juan II con toda justicia puesto que vamos a visitar los lugares plagados de su memoria y el esplendor poético de su reinado se reflejará en las obras de arte que nos cautivarán.
¿Cómo negaría que para mí la magia y el atractivo del viaje es el de transportarme no solo hacia otros lugares, sino hacia otros siglos? Estas grandes regiones históricas solo serían a mis ojos lamentables cementerios, si al pasar por ellas no fuera reviviendo las generaciones que las han poblado.
Y no sé revivir estas generaciones si no es dándoles...