Desde su proclamación en 1931, la Segunda Republica tuvo que hacer frente a las fuertes desigualdades sociales y las acusadas diferencias políticas existentes en el país. Las izquierdas emprendieron una ambiciosa reforma del Estado y de la sociedad española, que afecto al ejército, la organización territorial, las relaciones con la iglesia, los latifundios, la educción, etc. La crisis económica y la conflictividad social erosionaron la base electoral del gobierno, y tras unas elecciones el poder recayó en a derecha, que se propuso revisar la legislación del periodo anterior. Las posturas de ambos bandos se extremaron todavía más y, después de las elecciones de 1936, el proceso de radicalización desemboco en una guerra civil. En la zona nacional, el general Franco concentro todo el poder y puso los cimientos del nuevo régimen autoritario, que se consolidaría después de su victoria en la guerra. Desde su proclamación en 1931, la Segunda Republica tuvo que hacer frente a las fuertes desigualdades sociales y las acusadas diferencias políticas existentes en el país. Las izquierdas emprendieron una ambiciosa reforma del Estado y de la sociedad española, que afecto al ejército, la organización territorial, las relaciones con la iglesia, los latifundios, la educción, etc. La crisis económica y la conflictividad social erosionaron la base electoral del gobierno, y tras unas elecciones el poder recayó en a derecha, que se propuso revisar la legislación del periodo anterior. Las posturas de ambos bandos se extremaron todavía más y, después de las elecciones de 1936, el proceso de radicalización desemboco en una guerra civil. En la zona nacional, el general Franco concentro todo el poder y puso los cimientos del nuevo régimen autoritario, que se consolidaría después de su victoria en la guerra. Desde su proclamación en 1931, la Segunda Republica tuvo que hacer frente a las fuertes desigualdades sociales y las acusadas diferencias políticas existentes en el país. Las izquierdas emprendieron una ambiciosa reforma del Estado y de la sociedad española, que afecto al ejército, la organización territorial, las relaciones con la iglesia, los latifundios, la educción, etc. La crisis económica y la conflictividad social erosionaron la base electoral del gobierno, y tras unas elecciones el poder recayó en a derecha, que se propuso revisar la legislación del periodo anterior. Las posturas de ambos bandos se extremaron todavía más y, después de las elecciones de 1936, el proceso de radicalización desemboco en una guerra civil. En la zona nacional, el general Franco concentro todo el poder y puso los cimientos del nuevo régimen autoritario, que se consolidaría después de su victoria en la guerra.